lunes, diciembre 10, 2007

En paz


Muy cerca de mi ocaso yo te bendigo vida,
porque nunca me diste esperanza fallida,
ni trabajos injustos,
ni pena inmerecida.
Porque veo al final de mi rudo camino que yo fui arquitecto de mi propio destino.
Que si extraje miel o la hiel de las cosas fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas.
Cuando planté rosales coseché siempre rosas.
Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno más tú nunca me dijiste que mayo fuera eterno.
Hallé sin duda largas las noches buenas,
y en cambio tuve algunas santamente serenas,
ame, fui amado, el sol acarició mi faz.
Vida, nada me debes.
Vida, estamos en paz.

Amado Nervo

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