Molina emula a sus hermanos
Yadier Molina ya no tendrá que aguantarle a sus hermanos las bromas por ser el único del trío de receptores puertorriqueños sin un anillo de Serie Mundial.
La familia Molina ahora tiene a tres campeones del Clásico de Otoño en menos en un periodo de cuatro años, ya que Bengie y José lo hicieron con los Angelinos de Anaheim en 2002.
¿Ahora que lo ganó, tendrá Yadier ganas de comparar anillos con sus hermanos mayores?
"La verdad que no", dijo bañado en champaña en medio de la celebración de los Cardenales de San Luis tras ganar su décimo título de Serie Mundial tras derrotar en cinco juegos a los Tigres de Detroit. "Me siento orgulloso de que ellos hayan ganado y unírmeles".
El premio al jugador más valioso de la serie fue para el torpedero David Eckstein, pero Molina acumuló los méritos para recibirlo.
Un bateador de .216 en la campaña regular, Molina disparó tres hits en el quinto y definitivo juego. Su promedio en la serie fue de .438 al irse con siete imparables en 16 turnos.
"No hay un solo jugador más valioso. Somos los nueve que salen a jugar todos los días", dijo Molina, quien tras atrapar el último strike del relevista Adam Wainwright tiró al aire su careta y se fundió en un abrazo con el lanzador.
"Todos nos daban para perder, pero yo confié en el equipo y jugamos con el corazón", indicó.
Fue una postemporada superlativa para el jugador de 24 años, ya que también conectó el jonrón de dos carreras en la alta del noveno que le dio a las Cardenales la victoria en el séptimo juego de la serie de campeonato de la Liga Nacional sobre los Mets de Nueva York.
Súbitamente, un hombre que apenas había disparado 16 jonrones en 937 turnos en su carrera se había convertido en un peligroso artillero que con cada viaje al plato hacía vibrar a los fanáticos de San Luis.
Molina dijo que nunca se sintió obligado a demostrar la clase de bateador que es.
"En ningún momento me preocupe por mi ofensiva. Yo sabía que puede batear", afirmó. "Sólo estaba pensando en ver la bola y hacer un buen swing"
Tampoco le encontró presión al verse en el escenario cumbre de una Serie Mundial.
"Desde las pequeñas ligas de Puerto Rico ya jugaba con el mismo ambiente de presión de una Serie Mundial ... Cuando están tocando la tambora, se siente lo mismo", dijo. "Yo vengo jugando desde niño. Lo he visto siempre como un juego, sin tener ningún temor".
27/10/2006 23:41
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