Detroit vence 3-1 a los Cardenales y empata la serie
Una actuación sublime de Kenny Rogers en la lomita y el incontenible bate de Carlos Guillén condujeron el domingo a los Tigres de Detroit a un triunfo 3-1 sobre los Cardenales de San Luis para empatar a un juego por bando la Serie Mundial.
Por tercera vez en igual número de salidas en la postemporada, Rogers no permitió carreras y de paso se convirtió en el tercer lanzador en la historia de más de 40 años que gana un partido del Clásico de Otoño.
De 3-3, el venezolano Guillén cargó con la ofensiva de los Tigres al remolcar una carrera con un doble en el primero y luego anotó en el quinto tras conectar triple ante el lanzador perdedor Jeff Weaver.
Después de dos outs, los Cardenales se salvaron de la blanqueada en el noveno cuando Jim Edmonds disparó un doble ante el cerrador Todd Jones. San Luis llenó las bases, pero Jones retiró al puertorriqueño Yadier en una jugada de escogencia.
En una noche helada y tras sucumbir 7-2 el sábado, los Tigres enviaron a Rogers, zurdo que cumplirá los 42 años el mes que viene, con la encomienda de evitar el abismo de estar dos juegos abajo.
Excepto un apuro en la entrada inicial, Rogers maniató por completo a la ofensiva de los Cardenales, limitándolo a dos hits y tres bases por bolas.
Rogers, que no toleró carreras al ganarle a los Yanquis y Atléticos en los playoffs de la Liga Americana, siguió colgando ceros a diestra y siniestra.
Acumula 23 innings sin tolerar anotaciones este año y 24 y un tercio en total, racha que empezó en 2003 con Minnesota. Se trata de la racha más prolongada desde que Curt Schilling acumuló 25 en 1993 y 2001.
Previo a esta postemporada Rogers tenía récord de 0-3 con 8.85 de efectividad.
"Ahora mismo todo lo que tira es bueno. No falla nada", declaró el receptor puertorriqueño de los Tigres Iván Rodríguez. "Está imbateable".
El cubano Adolfo Luque, con los Gigantes de Nueva York en 1933, y John Franco, con los Mets en 2000, habían sido los únicos pitchers de cuatro décadas en acreditarse victorias en una Serie Mundial.
"Estos son los momentos decisivos, en los que hay que tener la capacidad de poder hacer algo como esto", dijo Rogers. "Me ha ido mal en el pasado, así es que es algo fenomenal disfrutar algo de éxito".
Una especie de sustancia en la mano de lanzar de Rogers generó una discusión al principio del juego. Rogers explicó que se ensució con tierra y resina que tomó cuando agarró unas pelotas.
Para el segundo ya la tenía limpia, luego que el piloto de los Cardenales Tony La Russa fue a conversar con los umpires. Estos hicieron otro tanto con Jim Leyland, el dirigente de Detroit.
El único aprieto serio para Rogers fue en el primero capítulo, cuando luego de dos outs transfirió al dominicano Albert Pujols y un hit al cuadro de Scott Rolen, pero puso fin a la amenaza al obligar al quisqueyano Juan Encarnación a que bateara una rola a sus manos.
El otro hit se le conectó Molina en el octavo.
Weaver no tuvo un inicio auspicioso, al recibir el jonrón solitario de Monroe por el izquierdo,. Monroe había conectado otro vuelacercas solitario en su último turno el sábado.
La segunda carrera de los Tigres fue de manufactura venezolana. Magglio Ordóñez empalmó un sencillo con dos outs y anotó desde la inicial mediante el doble de Guillén entre el izquierdo y el central.
La de Weaver fue una actuación cargada de sofocones, pero se las ingenió para evitar daños mayores.
Su peor susto fue en el cuarto, cuando los Tigres congestionaron las bases sin outs. Weaver no se amilanó al encarar a los tres primeros del orden ofensivo: ponchó a Curtis Grandenson, mientras que Monroe y el dominicano Plácido Polanco fallaron con bombo y roleta al torpedero David Eckstein, respectivamente.
Otra vez Guillén fue factor al anotar la tercera en el quinto. El inicialista, con promedio de .714 en la serie, conectó un triple. Weaver parecía que se salvaba al ponchar a Rodríguez, pero Sean Casey impulsó a Casey con un sencillo al derecho.
Weaver trabajó cinco innings en los que permitió nueve hits y tres carreras limpias.
El partido se jugó con temperaturas que promediaron los 5 grados centígrados (40 fahrenheit).
Tras una jornada de descanso el lunes, la serie se reanudará el martes en el Busch Stadium de San Luis, casa de los campeones de la Liga Nacional.
Nate Robertson será el abridor de Detroit contra Chris Carpenter, el as de los Cardenales y ganador del Cy Young el año pasado.
Por los Cardenales, los dominicanos Albert Pujols de 3-0 y Juan Encarnación de 4-0; el puertorriqueño Yadier Molina de 4-1.
Por los Tigres, los venezolanos Magglio Ordóñez de 4-2 con una anotada, Carlos Guillén de 3-3 con una anotada y una impulsada; los dominicanos Ramón Santiago de 3-1 y Plácido Polanco de 3-0; el puertorriqueño Iván Rodríguez de 4-0.
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San Luis 000 000 001_1 4 1
Detroit 200 010 00x_3 10 1
JfWeaver, TJohnson (6), Kinney (6), Flores (7), Thompson (8), Wainwright (8) y YMolina; Rogers, TJones (9) y IRodríguez. G_Rogers 1-0. P_JfWeaver 0-1. S_TJones (1). Jr_Detroit, Monroe (2).
22/10/2006 22:35©2006 AP
Por tercera vez en igual número de salidas en la postemporada, Rogers no permitió carreras y de paso se convirtió en el tercer lanzador en la historia de más de 40 años que gana un partido del Clásico de Otoño.
De 3-3, el venezolano Guillén cargó con la ofensiva de los Tigres al remolcar una carrera con un doble en el primero y luego anotó en el quinto tras conectar triple ante el lanzador perdedor Jeff Weaver.
Después de dos outs, los Cardenales se salvaron de la blanqueada en el noveno cuando Jim Edmonds disparó un doble ante el cerrador Todd Jones. San Luis llenó las bases, pero Jones retiró al puertorriqueño Yadier en una jugada de escogencia.
En una noche helada y tras sucumbir 7-2 el sábado, los Tigres enviaron a Rogers, zurdo que cumplirá los 42 años el mes que viene, con la encomienda de evitar el abismo de estar dos juegos abajo.
Excepto un apuro en la entrada inicial, Rogers maniató por completo a la ofensiva de los Cardenales, limitándolo a dos hits y tres bases por bolas.
Rogers, que no toleró carreras al ganarle a los Yanquis y Atléticos en los playoffs de la Liga Americana, siguió colgando ceros a diestra y siniestra.
Acumula 23 innings sin tolerar anotaciones este año y 24 y un tercio en total, racha que empezó en 2003 con Minnesota. Se trata de la racha más prolongada desde que Curt Schilling acumuló 25 en 1993 y 2001.
Previo a esta postemporada Rogers tenía récord de 0-3 con 8.85 de efectividad.
"Ahora mismo todo lo que tira es bueno. No falla nada", declaró el receptor puertorriqueño de los Tigres Iván Rodríguez. "Está imbateable".
El cubano Adolfo Luque, con los Gigantes de Nueva York en 1933, y John Franco, con los Mets en 2000, habían sido los únicos pitchers de cuatro décadas en acreditarse victorias en una Serie Mundial.
"Estos son los momentos decisivos, en los que hay que tener la capacidad de poder hacer algo como esto", dijo Rogers. "Me ha ido mal en el pasado, así es que es algo fenomenal disfrutar algo de éxito".
Una especie de sustancia en la mano de lanzar de Rogers generó una discusión al principio del juego. Rogers explicó que se ensució con tierra y resina que tomó cuando agarró unas pelotas.
Para el segundo ya la tenía limpia, luego que el piloto de los Cardenales Tony La Russa fue a conversar con los umpires. Estos hicieron otro tanto con Jim Leyland, el dirigente de Detroit.
El único aprieto serio para Rogers fue en el primero capítulo, cuando luego de dos outs transfirió al dominicano Albert Pujols y un hit al cuadro de Scott Rolen, pero puso fin a la amenaza al obligar al quisqueyano Juan Encarnación a que bateara una rola a sus manos.
El otro hit se le conectó Molina en el octavo.
Weaver no tuvo un inicio auspicioso, al recibir el jonrón solitario de Monroe por el izquierdo,. Monroe había conectado otro vuelacercas solitario en su último turno el sábado.
La segunda carrera de los Tigres fue de manufactura venezolana. Magglio Ordóñez empalmó un sencillo con dos outs y anotó desde la inicial mediante el doble de Guillén entre el izquierdo y el central.
La de Weaver fue una actuación cargada de sofocones, pero se las ingenió para evitar daños mayores.
Su peor susto fue en el cuarto, cuando los Tigres congestionaron las bases sin outs. Weaver no se amilanó al encarar a los tres primeros del orden ofensivo: ponchó a Curtis Grandenson, mientras que Monroe y el dominicano Plácido Polanco fallaron con bombo y roleta al torpedero David Eckstein, respectivamente.
Otra vez Guillén fue factor al anotar la tercera en el quinto. El inicialista, con promedio de .714 en la serie, conectó un triple. Weaver parecía que se salvaba al ponchar a Rodríguez, pero Sean Casey impulsó a Casey con un sencillo al derecho.
Weaver trabajó cinco innings en los que permitió nueve hits y tres carreras limpias.
El partido se jugó con temperaturas que promediaron los 5 grados centígrados (40 fahrenheit).
Tras una jornada de descanso el lunes, la serie se reanudará el martes en el Busch Stadium de San Luis, casa de los campeones de la Liga Nacional.
Nate Robertson será el abridor de Detroit contra Chris Carpenter, el as de los Cardenales y ganador del Cy Young el año pasado.
Por los Cardenales, los dominicanos Albert Pujols de 3-0 y Juan Encarnación de 4-0; el puertorriqueño Yadier Molina de 4-1.
Por los Tigres, los venezolanos Magglio Ordóñez de 4-2 con una anotada, Carlos Guillén de 3-3 con una anotada y una impulsada; los dominicanos Ramón Santiago de 3-1 y Plácido Polanco de 3-0; el puertorriqueño Iván Rodríguez de 4-0.
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JfWeaver, TJohnson (6), Kinney (6), Flores (7), Thompson (8), Wainwright (8) y YMolina; Rogers, TJones (9) y IRodríguez. G_Rogers 1-0. P_JfWeaver 0-1. S_TJones (1). Jr_Detroit, Monroe (2).
22/10/2006 22:35©2006 AP
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